El estudio publicado por la revista Ad Age destaca que en Estados Unidos existe un importante nicho de mercado, de cerca de 9 millones de personas, que consume lujo pero cuyos valores con respecto a las marcas han mutado.
Según la investigación, las marcas de lujo no deben representar ya el mito del ascenso social sino cualidades como la exclusividad, el cuidado por la estética y la autenticidad, por lo que se dirigen a un target diverso que demanda interactuar con los anunciantes.
Estos nuevos consumidores de lujo, denominados “afluentes”, están muy pendientes de las redes sociales y otras formas de comunicación y ya no encumbran a marcas tradicionales como Luis Vuitton o Gucci.
El estudio revela que el lujo no ha muerto pero que ha sufrido una autentica transformación que afecta al lenguaje del marketing que debe apuntar más hacia conceptos como la autoexpresión y no tanto hacia estancos como el estatus.
fuente:marketindirecto.com
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